El fútbol moderno no solo se define en la cancha, sino también en la mesa. La nutrición se ha convertido en un factor clave para el rendimiento deportivo, la prevención de lesiones y la prolongación de la carrera profesional.

Los mejores futbolistas del mundo cuidan su alimentación con precisión. Dietas personalizadas, seguimiento de biomarcadores y suplementación específica son parte de la rutina. En Chile, esta tendencia también ha comenzado a ganar terreno. Clubes profesionales cuentan con nutricionistas deportivos, y los jugadores jóvenes están siendo educados sobre buenos hábitos desde las divisiones inferiores.

Un ejemplo claro es la eliminación de comidas procesadas, azúcares refinados y bebidas alcohólicas. En su lugar, se priorizan proteínas de calidad, carbohidratos complejos y una correcta hidratación. La nutrición, además, tiene un impacto directo en la recuperación post-partido y el desarrollo muscular.

A nivel amateur, esta información comienza a permear. Escuelas de fútbol, academias y ligas menores están incluyendo talleres nutricionales como parte de su formación integral. Así, se construye una nueva generación de deportistas conscientes de que el éxito también se cocina.